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Juan Luis Serrano Barroso

Vocal zona Huelva – Andalucía

Juan Luis Serrano Barroso – Vocal Huelva

Juanlu, conocido por amigos con ese nombre, se desempeña como banderillero, una actividad a la que dedica una gran parte de su vida, sacrificando incluso tiempo con su familia y sus responsabilidades comerciales. Su incursión en el mundo taurino comenzó en su juventud, guiado por su abuelo, quien lo llevaba a la plaza de La Merced para presenciar las escenas que habían maravillado a artistas de renombre como Goya o Picasso. La belleza plástica del espectáculo lo cautivó antes de comprender la ardua labor que le esperaba (entrena unas cuatro horas diarias), pues comprendió que estar en óptimas condiciones físicas es esencial para enfrentarse al toro. Considera que es necesario tener una preparación similar a la de un atleta de élite, así como un dominio técnico considerable, además de habilidades para sortear los desafíos de este mundo tan particular. Todos estos esfuerzos parecen desvanecerse cuando llega la temporada y se viste para participar en la fiesta nacional. En su opinión, un buen banderillero debe poseer habilidad innata, una preparación física adecuada y una gran fortaleza mental.

Juanlu ha recorrido numerosas plazas tanto nacionales como francesas durante los fines de semana del año, además de los cuatro intensos meses de la temporada estival, que van de junio a septiembre. Guarda entrañables recuerdos de la Maestranza, considerada como la catedral del toreo, así como un especial afecto por Valencia. Sin embargo, siente una punzada de dolor por no haber tenido la oportunidad de actuar en la Monumental de Barcelona antes de que los movimientos antitaurinos lograran cerrar sus puertas de forma definitiva. Respecto a Madrid, comenta que es una plaza muy exigente, con un público serio, donde se ha esforzado al máximo. Sin embargo, el recuerdo de una cornada grave sufrida en la plaza de Navacerrada, al norte de Despeñaperros, hace unos años, lo mantuvo alejado de los ruedos durante un par de años, los primeros cuatro meses de los cuales estuvo confinado en reposo absoluto.